Esta pareja trabajan juntas, ambas inquietas y rápidas han decidido experimentar sobre una técnica nueva: La lejía.
Llevan ya varias sesiones trabajando con esta técnica. Carmen ha trabajado desde el principio con acuarela, pastel u otras técnicas, pues no le interesa el óleo. A su experimentación e inquietud se le ha unido Ana, torbellino y rápida donde las haya. Ana hace todas las técnicas y aún le sobra tiempo, así que en una mesa de clase trabajan ambas mano con mano, aprendiendo mutuamente de sus descubrimientos e innovaciones. Me encanta ver cómo van añadiendo cada vez más técnicas a sus experimentos.
Empezaron partiendo de unos dibujos del nieto de Carmen, que estudia Interiorismo y en su escuela le han enseñado esta técnica, realizada con tinta de pluma, lejía y agua y con trocitos de cartón pluma. Éste actúa a modo de espátula, empapando los líquidos mezclados o no y distribuyéndolos por el papel.
Las tintas se decoloran con la acción de la lejía, produciendo tonos oxidados y ocres maravillosos. Esto se combina con la aguada y posteriormente con rotuladores y lápices una vez seco el dibujo para dar matices.
Éstos son los dibujos del nieto de Carmen. Desde aquí se lo agradecemos profundamente:
Y éste es el resultado final de Carmen: MUY INTERESANTE
Llevan ya varias sesiones trabajando con esta técnica. Carmen ha trabajado desde el principio con acuarela, pastel u otras técnicas, pues no le interesa el óleo. A su experimentación e inquietud se le ha unido Ana, torbellino y rápida donde las haya. Ana hace todas las técnicas y aún le sobra tiempo, así que en una mesa de clase trabajan ambas mano con mano, aprendiendo mutuamente de sus descubrimientos e innovaciones. Me encanta ver cómo van añadiendo cada vez más técnicas a sus experimentos.
Empezaron partiendo de unos dibujos del nieto de Carmen, que estudia Interiorismo y en su escuela le han enseñado esta técnica, realizada con tinta de pluma, lejía y agua y con trocitos de cartón pluma. Éste actúa a modo de espátula, empapando los líquidos mezclados o no y distribuyéndolos por el papel.
Las tintas se decoloran con la acción de la lejía, produciendo tonos oxidados y ocres maravillosos. Esto se combina con la aguada y posteriormente con rotuladores y lápices una vez seco el dibujo para dar matices.
Éstos son los dibujos del nieto de Carmen. Desde aquí se lo agradecemos profundamente:
Y éstas son las alumnas en pleno proceso creativo. También se les unió Antonio al final:
Y éstos son los resultados. MUY BIEN; SON PRECIOSOS
Carmen ha pensado que si utiliza papeles de color, tipo Canson, la lejía también los desteñirá y podrá hacer sugerentes imágenes mezclando además ceras y rotuladores acuarelables. Así que ha traído una imagen de un paisaje nevado y...¡¡¡a por él!!!
Y éste es el resultado final de Carmen: MUY INTERESANTE
Y aquí está el de Ana:
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